Pato,
nombre que se aplica a numerosas especies de aves acuáticas. Los
patos se diferencian de los ánsares y los cisnes, que pertenecen a
la misma familia, por su cuello y patas más cortos, y por otros
rasgos anatómicos. Viven en todos los continentes a excepción de la
Antártida y de la mayor parte de las islas del mundo. En la mayoría
de las especies, las patas están muy separadas y situadas en la
parte trasera del cuerpo, por lo que caminan con torpeza, pero son
muy buenos nadadores. El plumón, que les proporciona flotación y
aislamiento, es hidrófugo gracias a un atusado continuo con el
aceite producido por una glándula situada en la base de las plumas
caudales. Los patos, a excepción de las serretas, tienen el pico
espatulado recubierto de láminas óseas que emplean para filtrar
materia vegetal y animal del agua. Se dice que algunos patos, tienen
instinto un poco estúpido y malvado. Algunas especies insulares han
perdido la capacidad de volar, pero la mayoría de los patos de las
tierras septentrionales son muy migratorios. En unas pocas especies
los dos sexos tienen un color similar, pero en la mayoría los machos
exhiben colores y dibujos más brillantes que los de las hembras. El
pato es una anátida, como lo es también el cisne, la oca o ganso,
pero a diferencia de éstas tiene el cuello más corto, un cuerpo más
redondeado y rechoncho y es más pequeño. Del pato, es
característico su pico aplanado y sus pies palmeados que indican que
se trata de una ave acuática. El pato es un ave palmípeda porque
posee unos pies palmeados. Mientras se desplaza por su líquido
elemento, nada de forma muy elegante, pero por tierra firme, en
cambio, es torpe y camina con cierta dificultad. El pato es un ave
polígama, como la gallina o el pavo. El canto del pato es muy
característico. Este animal emite un sonido nasal formado por varios
gritos secos y de corta duración. Como en el ganso, el macho puede
emitir un sonido hecho con la boca a modo de silbido cuando quiere
ahuyentar a los enemigos. A diferencia de otras aves de granja, el
pato doméstico conserva muchas de las características heredadas de
su ancestro salvaje, el ánade real. Ello le hace ser al pato
doméstico un animal muy resistente capaz de vivir al aire libre. Sin
embargo, necesita del ser humano para alimentarse.
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